Existen varios tipos de suelos vinílicos, entre ellos:
- Baldosas de vinilo: son piezas cuadradas que se instalan una a una y se asemejan a baldosas de cerámica o piedra.
- Láminas de vinilo: son planchas grandes y flexibles que se colocan como una sola pieza y se cortan según la forma de la habitación.
- Suelos de vinilo autoadhesivos: son baldosas o láminas que tienen una capa adhesiva en la parte posterior para pegarlas directamente sobre el sustrato.
- Suelos de vinilo de clic: son láminas que se ensamblan entre sí mediante un sistema de clic, sin necesidad de adhesivos.
- Suelos de vinilo en rollo: son rollos grandes de vinilo que se cortan a medida y se instalan como una sola pieza en la habitación.
En general, los suelos vinílicos son resistentes, fáciles de instalar y ofrecen una amplia variedad de diseños y texturas para adaptarse a cualquier estilo de decoración.